Espacios Públicos
Espacios públicos, grandes espacios públicos interiores, bulliciosos algunos, en respetuoso silencio otros. Pletóricos de transeúntes apurados, turistas curiosos, visitantes, chicos jugando o haciendo renegar a sus padres, lectores silenciosos, a veces concentrados.
Estaciones de tren, museos, bibliotecas públicas, antiguos monumentos arqueológicos, grandes catedrales, largas galerías, escalinatas, arcadas de piedra por doquier.
Cada uno con su rumor característico, sus estatuas aburridas, interminables anaqueles llenos de libros, carteles luminosos anunciando salidas inminentes o demoras inesperadas, sus obras de arte observadas por miles de ojos que miran atónitos a veces.
Enormes recintos, por momentos vacíos y silenciosos, que súbitamente reciben mareas humanas, ruidosas, que llegan, se detienen, o pasan presurosas vaya saber hacia dónde.
Espacios públicos mágicos, luminosos, testigos del paso del tiempo, de la gente y de la vida.